Alineamiento – Centramiento

En la medida en que uno se va deteniendo a caer en la cuenta de las emociones que siente, de la información que su cuerpo le está dando constantemente, del juego interno de pensamientos que no paran de fluir y de los juicios incesantes que puede que haga, también se hace consciente de que hay varias zonas de su cuerpo donde cada una de estas cosas que he mencionado se conectan.

Además, cuando dichas zonas ya están identificadas, también puede uno comprobar cómo en múltiples ocasiones pareciera que cada zona vive al margen de las otras, sin tenerse en cuenta las unas a las otras. Es como si cada una siguiera su propio camino. Si ocurre esto, dependiendo de las situaciones y de los momentos de la vida, las dificultades se muestran en toda su crudeza.

Cuando te alineas, intentas que cada una de esas partes mencionadas caminen juntas por la misma senda, en la misma línea, a la vez, conectadas, teniéndose en cuenta. Y esa línea la puedes situar en el centro de tu cuerpo, como atravesándote de arriba abajo, desde la coronilla hasta la planta de los pies. Y más aún, puedes dejar que la línea se alargue por arriba, como conectándote con tu estrella preferida, llenándote de luz y de energía vital; y por abajo, como si se convirtiera en varias raíces que te afianzan a la tierra, dándote firmeza, fuerza… Esa línea es como un gran canal central de luz y energía que te recorre de arriba abajo y que te permite recoger la energía material de la tierra, que te sostiene, que te mantiene, y la energía espiritual del cielo que te rodea y que te da vida.

El proceso de alineamiento consiste, entonces, en avivar, conectar y unificar con la atención y la consciencia la parte del abdomen, donde se manifiestan las vivencias del día a día, del aquí y ahora; la parte del corazón, donde se concentran las emociones; y la parte de la cabeza, lugar de los pensamientos y juicios. ¿Cómo lo hacemos? Con la respiración, los movimientos, la imaginación y el lenguaje, todos ellos elementos importantes para generar Presencia.

Todo este recorrido te permite alinear tus núcleos vitales y centrarte en lo que eres (no en lo que haces ni en lo que sientes o piensas; no en lo que te asusta o te impone, no en tu cansancio…). Te has centrado en tu Identidad vital, en tu parte esencial, en el SER.

El Alineamiento – Centramiento te permite disponerte para la meditación o la oración y también para acometer tu tarea dando lo mejor de ti. Es fundamental para el estado de Presencia del que los demás se beneficiarán también.